“El Estado no está limitado por la Constitución, sino por su propia incapacidad de ejecución»
El libro “Verdades y Mitos de la Constitución Económica”, del abogado Andrés Calderón y publicado en colaboración con la Cámara de Comercio de Lima, expone aquellas inexactitudes encontradas en más de 200 proyectos de ley, presentados ante el Congreso durante las últimos décadas, que intentaban reformar el capítulo económico de la Carta Magna. El objetivo es mostrarle a la ciudadanía que muchas veces estos cambios carecen de sustento y que, incluso, podrían ser perjudiciales para el desarrollo político-económico del Perú.
Calderón comentó a Vigilante.pe que algunos cambios propuestos por congresistas de diferentes bancadas tienen que ver con cuestiones meramente ideológicas o, incluso, con cuestiones que no guardan relación con la coyuntura nacional o las necesidades que tienen los peruanos. “Creo que las ideas de cambio de la Constitución Económica tienen que ver más con emociones, o por lo menos con la venta de emociones que se quiere trasladar al público. Por ejemplo, la idea de establecer derechos en la Constitución o generar un mayor detalle de estos derechos parte de una idea equivocada”, explicó.
Asimismo, el autor aseguró que es una idea errada pensar que el Estado es un mal empresario debido a que carece de las herramientas necesarias para gestionar adecuadamente los recursos. En realidad, este es un problema de fondo que depende de nuestras autoridades y su capacidad para administrar los fondos públicos de inversión, más no de la Constitución Política de 1993.
“Hay esta idea de querer contraponer las carencias que ciertamente tiene nuestro país con una especie de falencia en la Constitución, pero en realidad las falencias son más de ejecución. No es que el Estado esté limitado por la Constitución, sino más bien el Estado está limitado por su propia incapacidad de ejecución, deficiencia en el gasto y otros vicios como corrupción”, manifestó.
Del mismo modo, tras analizar las propuestas y modificaciones, Calderón llegó a la conclusión de que el rol del Estado como empresario es justo tal y como está. Pese a ello, algunos documentos intentan cambiar este propósito para darle mayor protagonismo al gobierno, incluso, sin argumentar adecuadamente si el Ejecutivo es capaz de promover proyectos y programas de manera más eficiente sin el apoyo del sector privado.
“La Constitución no limita a que el Estado pueda proveer eficientemente servicios como salud, educación, seguridad, promoción del trabajo. En el papel el Estado tiene el deber de defender a los consumidores y de combatir las prácticas que restringen la competencia, los abusos de posiciones dominantes. Entonces, yo creo que tenemos un buen papel, es decir, la constitución es buena, es correcta”, señaló.
Respecto a los recientes intentos de reformar la Constitución Políticas, el abogado detalló y analizó cada una de las propuestas, pues la finalidad del libro es evitar que los peruanos sigan iniciativas que en el futuro puedan impedir el progreso del país. Asimismo, comentó sobre la importancia de cuestionar a nuestras autoridades y a todo aquel que genere afirmaciones rimbombantes que puedan carecer de sustento técnico.
“A quien hace acusaciones demasiado rimbombantes o disonantes y quienes plantean los cambios más drásticos, no solamente hay que escucharlos, también hay que exigirles la evidencia, cuál es el sustento de aquello que está planteando. Parte de la polarización se puede explicar por esta proclividad que tenemos muchas personas a alentar a quien se asemeja un poco a lo que nosotros creemos”, zanjó.