¿Por qué potenciar la productividad laboral es el único camino para disminuir las horas de trabajo en el país?
Los trabajadores de los países más ricos tienden a trabajar menos horas que los de los países en desarrollo. Esto se debe a que en los países más ricos los trabajadores pueden producir más con cada hora de trabajo (son más productivos), lo que se traduce en mayores ingresos y en la posibilidad de trabajar menos.
Existe una relación entre el crecimiento del PBI y la media de horas de trabajo, no solo comparando distintos países, sino también analizando un solo país a lo largo del tiempo. A medida que aumentan los ingresos de la gente, pueden permitirse más cosas de las que disfrutan, incluido más ocio y menos tiempo dedicado al trabajo.
El driver del aumento de los ingresos nacionales y la disminución de las horas de trabajo es el crecimiento de la productividad. La productividad se refiere al ritmo al que los insumos se convierten en productos. Para entender las horas de trabajo, la métrica clave es la productividad laboral: el rendimiento económico de una hora de trabajo (cuántos pasteles de la misma calidad puede producir un cocinero en una hora, cuántas uvas puede cosechar una persona en una hora, cuántos autos se pueden ensamblar en una fábrica en una hora)
En el nivel más global, relaciona la producción total de la economía (PBI) con el insumo total de mano de obra (total de horas anuales trabajadas), lo que nos da la medida agregada de la productividad laboral, el PBI por hora de trabajo (cuánto aporta un trabajador con su hora de trabajo al PBI nacional)
Aunque vemos que los países más desarrollados trabajan menos horas, esto no quiere decir que trabajen menos, sino que son más productivos.
Otro factor clave para analizar la productividad es la tecnología. La innovación tecnológica hace posible que cada trabajador sea mucho más productivo. Y el aumento de la productividad, a su vez, contribuye al aumento de los ingresos y a la reducción de las horas de trabajo. Ejemplo: la innovación tecnológica en la agricultura ha impulsado el crecimiento de la productividad. Las mejoras en maquinaria, variedades de cultivos, fertilizantes y gestión de la tierra han permitido a los agricultores ser mucho más productivos. Esto ha permitido alimentar a una población en rápido crecimiento con una fracción menor de personas que trabajan en la agricultura. La producción agrícola por hora de trabajo se multiplicó casi por 16 entre 1948 y 2011.
Las plataformas tecnológicas, estructuras económicas y sociales de los países más ricos han permitido a sus trabajadores producir más trabajando menos.
Entonces encontrar formas de aumentar la productividad no solo es clave para aumentar la producción, sino también para la reducción de la jornada laboral, necesaria para que una sociedad prospere. Las políticas públicas deberían apuntar a mejorar productividad a través de educación, incentivo para innovación tecnológica, intercambio con países, etc.