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«Mucha gente tiene su plata ahorrada, no la pueden sacar”, explica economista boliviano sobre uso del fondo de pensiones de parte del Gobierno de Bolivia

El economista boliviano, Darío Monasterio, explicó que la nación altiplánica tiene 9 años en un déficit fiscal estructural del que no pueden salir, lo que pone en riesgo a miles de bolivianos aportantes. Vigilante.pe conversó con el especialista para conocer la realidad de la decisión del presidente Arce.
Paula Riolo Publicado 8:41 am, 24 marzo, 2023

La crisis económica de Bolivia tiene al presidente Luis Arce buscando soluciones donde no las hay. El país sufre el déficit en sus cuentas públicas, una inflación sin precedentes y la escasez de gas, su principal recurso natural, por falta de inversiones. Como manotazo de ahogado, Arce anunció la estatización de los fondos de pensiones para evitar el colapso financiero. Vigilante.pe conversó con el economista boliviano, Darío Monasterio, para conocer la real situación por la que atraviesan los bolivianos.

¿Cómo entender la situación histórica de los fondos de pensiones en Bolivia?

Lo que existía antes de los fondos de ahorro de pensiones individuales era un sistema de reparto, es decir, las empresas aportaban a un fondo de jubilación administrado por el Estado, que era el que pagaba las pensiones a los jubilados. Pero teníamos el problema de la inflación de los ochenta, lo que disminuyó el valor de la jubilación de las personas. Adicionalmente teníamos muy pocos empleos que consideraban el aporte a jubilación y los mayores aportantes eran empresas del Estado. Ante esa situación, los ancianos no recibían una jubilación digna. Entonces tomaron como ejemplo la política de jubilación de Chile, lanzada durante el gobierno de Augusto Pinochet, que era el ahorro individual para la jubilación. Entonces se hizo el cambio a los fondos individuales cuando el sistema de reparto estaba ya muerto y sin fondos. Esa situación permitió que en 1997 se promulgue la Ley de pensiones.

¿Qué cambios vinieron con esa ley?

El mercado de aportantes boliviano es muy pequeño, acá solo había 2 administradoras de pensiones, entonces se repartieron a los aportantes en partes iguales y comenzaron a administrar los fondos de las personas que estaban trabajando en ese momento. Mucha gente comenzó a aportar entonces al ahorro individual y al fondo de reparto. Cuando se crea la Ley en el 97, las dos administradoras eran el Banco BBVA y la aseguradora Zurich. Ambos tenían la potestad de invertir los fondos en el exterior donde tuvieran mayores ganancias. Con el tiempo, estos fondos llegaron a tener una rentabilidad de entre 8 y 9% anual.

¿Qué pasó cuando llegó Evo Morales?

En el 2006, cuando ingresa Evo Morales, cambiaron las reglas. Prohibieron la salida de fondos, los repatriaron y recompraron las acciones estatales que habían sido vendidas a los privados para crear el Bono Solidario Universal y brindar jubilación a todos los ancianos mayores a 65 años.

Tanto el fondo de reparto como el fondo de ahorro individual pasaron a ser de inversión en el exterior a inversión al interior, prestando ese dinero al tesoro nacional y a la banca nacional, pero con una rentabilidad del 3%, muy baja. El fondo fue creciendo porque cada vez había más gente económicamente activa y hoy ese fondo suma 23 mil millones de dólares administrados por el Estado.

¿Qué es lo que está pasando?

Que en Bolivia se creo una gestora pública que administraba los dos fondos. Cuando se rompen los contratos con las administradoras, hubo un problema legal y las empresas llevaron al Estado boliviano ante la Corte Internacional. Por otro lado, la gestora tuvo problemas de administración; entonces a los bolivianos nos genera mucha incertidumbre no solo la rentabilidad del fondo sino la gestión del sistema. Además, se sacan normativas nuevas que reducen el financiamiento del fondo hacia los bancos para poder financiar el tesoro nacional.

¿Qué podría suceder si esto se mantiene?

Creemos que van a haber problemas con la gestión, en la operación del fondo y en la rentabilidad, lo que generará un desplazamiento de financiamiento del fondo a bancos privados, con riesgos de entrar en un espiral de endeudamiento interno que generará problemas en el pago de las jubilaciones futuras de todos los bolivianos.

Actualmente, estamos en una gestora pública que no termina de traspasarse, estamos en el limbo, no sabemos en qué momento nos mueven. ¿Dónde se va nuestro dinero? Están raspando la olla, porque ya no tienen más fondo de donde sacar. Están tratando de recuperarse con la captación de divisas de mercado negro, del oro, pero en el caso de recursos públicos, al acabarse el financiamiento de bonos privados en el exterior, no tenemos forma de financiarnos. Esto no es una coyuntura, tenemos problema de déficit fiscal estructural y todo indica que van a echar mano a las joyas de la abuela, que es lo último que nos queda.

¿Cuántos aportantes bolivianos se pueden ver afectados?

Estamos hablando de al menos 3 millones de personas, que podrían ser más. Mucha gente tiene su plata ahorrada en un corralito, no la pueden sacar.

¿Cuáles son las consecuencias para ellos?

Al momento que tengan una enfermedad, invalidez por trabajo o fallecimiento no tendrán el dinero para poder utilizarlo y sus familiares tampoco. Un tema de la legislación de pensiones que, si una persona no aporta, no está asegurada si fallece o le pasa algo. Las personas tienen que aportar si o sí para acceder a beneficios. Y lo que ha hecho el gobierno es incentivar la informalidad mediante sus medidas, que promueven el empleo en negro porque no se puede cumplir con la legislación laboral, que es increíblemente coercitiva. Es más fácil estar afuera que dentro del sistema en Bolivia.

Paula Riolo Periodista y redactora

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