Ipsos: El 73% de los peruanos desconfía de los sindicatos
Estudio elaborado por encargo del Centro Wiñaq confirma la poca o nula convocatoria que tienen estas organizaciones sociales que el presidente Pedro Castillo pretende usar como base política y fuerza de choque ante el avance de las investigaciones fiscales en su contra.
Por encargo del Centro Wiñaq, Ipsos realizó un estudio de opinión pública en diversos temas laborales, entre ellos el Decreto Supremo (DS) 014-2022-TR, aprobado por el gobierno de Pedro Castillo a fines de julio, que plantea los cambios más radicales en 30 años en las relaciones laborales en el país.
La norma alienta la sindicalización de trabajadores de forma desmedida y no razonable en un contexto actual de precarización laboral y creciente informalidad. Además, flexibiliza las condiciones para legalizar las huelgas casi por cualquier motivo y, al mismo tiempo, limita que las empresas puedan mitigar el impacto de estas paralizaciones.
“La evidencia indica que la sociedad peruana no posee la estructura asociada a una sociedad industrial clásica. Un 70% de la población trabaja en el sector servicios, una pequeña mayoría trabaja en grandes empresas y un 75% de la población es informal. Esto lleva a que el soporte social a este DS sea distinto al que se podría esperar”, sostiene Camilo Ferreira, del Centro Wiñaq.
De hecho, hoy solo 4% de trabajadores formales está sindicalizado, mientras que en 1990 era de 12%. Esto en un contexto en el que la mayoría de sindicatos en Perú están politizados y defienden intereses ajenos a los de los trabajadores.
En este contexto, ¿qué arroja el estudio?
Respecto a la postura de la ciudadanía frente al decreto, el dato más saltante es 70% que no está enterado de la medida.
“Este desconocimiento surge del desinterés de la ciudadanía. Este desinterés puede tener como fundamento el alto grado de informalidad, baja tasa de sindicalización y rol primordial del PYMES en la generación de empleo. Estos factores llevan a que este DS no se perciba como algo que pudiera afectar la vida de la mayoría de la población”, señala Ferreira.
El otro dato relevante del estudio está referido al grado de confianza de la ciudadanía en las organizaciones sindicales. Entre los peruanos que tienen “poca” (34%) y “nada” (39%) de confianza en los sindicatos suman 73%.
“Esto es esperable en una sociedad en la que se ha debilitado la confianza tanto de las instituciones públicas como privadas. A esto se añade que frente a un 74% de informalidad de la fuerza laboral y la baja tasa de sindicalización sólo una minoría puede verse beneficiada de alguna forma por la actividad sindical. Estos resultados afectan la capacidad de convocatoria de las organizaciones sindicales”, explica Camilo Ferreira, del Centro Wiñaq.