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¿Cómo fue la operación Chavín de Huántar y por qué fue exitosa?

Redacción Vigilante Publicado 3:41 pm, 22 abril, 2022

Este 22 de abril se cumplen 25 años de una gesta militar histórica en la que 140 comandos rescataron a 72 rehenes que el MRTA mantuvo secuestrados por 126 días.

Ocho cargas explosivas detonaron en simultáneo los comandos de élite para aturdir a los terroristas y rescatar a los rehenes.

El 17 de diciembre de 1996, 14 terroristas (12 hombres y dos mujeres) del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), encabezados por Néstor Cerpa Cartolini, alias ‘Evaristo’, tomaron por asalto la residencia de la embajada de Japón, donde se había organizado una fiesta.

Los emerrestistas secuestraron a todos los invitados y dieron inicio a uno de los hechos más críticos en la última etapa de la lucha contra el terrorismo, que terminó, 126 días después, en una de las acciones militares de rescate más extraordinarias que se hicieron en el país.

En las primeras horas después de la toma del lugar, fueron liberados los embajadores de Canadá, Alemania y Grecia, así como un diplomático peruano y el Agregado Cultural de Francia. Hasta finales de enero de 1997 fueron liberados, de manera paulatina, otros rehenes. Quedaron 72 personas en cautiverio.

La operación fue bautizada como “Chavín de Huántar”, en alusión a la cultura preinca que se desarrolló bajo una compleja red subterránea de pasajes, porque inspiró el modelo de túneles que se construyeron bajo la residencia de la embajada de Japón para que los comandos de ingresen y rescaten a los rehenes.

Los comandos Chavín de Huántar celebran el éxito de la operación. (Andina)

El jefe de ese operativo fue el general del Ejército José Williams Zapata, hoy congresista de la República. Por aquel entonces era jefe del Estado Mayor de Operaciones en la Primera Brigada de Fuerzas Especiales. Conformó un equipo de 140 comandos del Ejército y de la Marina, que al día siguiente de la toma de rehenes ya estaban planeando las acciones.

En la base de la Brigada de Fuerzas Especiales, en Chorrillos, el equipo de élite pasó días, semanas y meses planeando y analizando cada detalle de la estrategia y de la táctica que usarían. Todo bajo estricta reserva.

Según cuenta Williams, el éxito de la operación se dio porque se convocó a los mejores, y porque los políticos hicieron su trabajo y los militares el suyo, sin pisarse la mangueras. Luego de varias semanas de trabajo, y tras analizar todas las opciones, se decidió construir túneles por debajo de la residencia. La idea fue producto de las “conversaciones de más de una persona”, apunta el exgeneral.

El fracaso de las negociaciones con la comisión que encabezó Domingo Palermo para poner fin al secuestro, y el rechazo de los terroristas al ofrecimiento de Fidel Castro para acogerlos en Cuba, precipitaron el inicio de la operación. El comando de élite estaba listo para ejecutar lo que habían estado planeado días y noches enteras.

Así, poco antes de las 3.30 pm de aquel 22 de abril de 1997, el entonces presidente Alberto Fujimori, a través de una llamada, autoriza el inicio de la operación. Para esto ya se sabía que  las condiciones para iniciar el rescate estaban dadas: los terroristas jugaban su habitual partido de fulbito en el primer piso y todos los rehenes estaban en la segunda planta.

“Mary está enferma”, dijo dos veces el vicealmirante Luis Giampietri, uno de los rehenes, quien había transmitido mensajes al exterior a través de los micrófonos introducidos en la residencia el Servicio de Inteligencia. Era la señal que los comandos necesitan para entrar.

Los rehenes fueron rescatados tras 126 días de cautiverio (Foto: La República).

Tras una primera explosión que resonó en toda la casa, 30 comandos emergieron de los jardines. Otros 20 comandos ingresaron por la puerta principal hacia el hall de espera. El resto de comandos ingresaron a la residencia por los túneles laterales. En toral, detonaron ocho Cargas explosivas simultáneas.

Tres miembros del MRTA fallecieron en la primera detonación, y otros dos terroristas murieron en la puerta principal al toparse con los comandos que ingresaban al hall de la entrada principal, entre ellos el cabecilla Néstor Cerpa.

Según contó Francisco Tudela, uno de los rehenes, durante todo el secuestro, Néstor Cerpa le decía que, pase lo que pase, sería asesinado. Por ello, cuando empezó el rescate, el entonces canciller apresuró su escape.

Cuando el terrorista apodado ‘Coné’ llegó a su cuarto para matarlo, Tudela ya estaba saliendo por la terraza, al encuentro de un grupo de comandos encabezados por Juan Valer. El emerretista lanzó una granada y disparó su fusil. Tudela logró salvarse, pero perdió la vida Valer, hoy héroe nacional.

Tudela en el momento en que es rescatado por los comandos.

La operación siguió su curso y poco antes de las cinco de la tarde, exactamente a las 4:58 p.m. de aquel 22 de abril de 1996, tras asegurar la integridad de los rehenes, los comandos entonaron el grito de victoria. En el rescate, además del comandante Valer, fallecieron el teniente del Ejército Raúl Gustavo Jiménez y el magistrado Carlos Enrique Giusti. Todos los terroristas fueron abatidos.

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