Editorial: Una conferencia con forma de sombrero, por José Ignacio Beteta
El premier de la República ofreció su primera conferencia de prensa. Durante su intervención condenó un presunto “plan golpista y secreto” que se estaría discutiendo entre diversos legisladores de bancadas de la oposición.
Si bien Torres fue parte del Ejecutivo desde el ingreso del gobierno al poder, parece que Castillo Terrones ha decidido asignarle un nuevo rol político dentro de su gestión. ¿Acaso la figura del nuevo titular de la PCM es el comienzo de una estrategia de confrontación con el Congreso?
Pese a que no existe una respuesta concreta al respecto, la conferencia de ayer podría revelar lo que verdaderamente intenta el gobierno de turno, mientras ve su popularidad caer en cada una de las regiones del país, incluso en aquellas que hasta hace poco le eran leales.
El jefe del Gabinete Ministerial inició la conferencia de prensa mencionando la presunta “reunión secreta” que congresistas de diversas bancadas llevaron a cabo el pasado 9 de febrero en el Hotel Casa Andina de Miraflores. Pero la Fundación Naumann, organizadora del evento, ya aclaró por todos los medios que dicha reunión de secreta no tenía nada y que era un taller de todo un día. Torres no tomó en cuenta los comunicados y declaraciones de la fundación y siguió con su narrativa “golpista”.
Luego conectó diversos hechos que en realidad tienen una muy discutible conexión, pero lo hizo para plantear su simple y estratégica narrativa: el Congreso golpista intenta destituir al primer mandatario en apenas 7 meses de gestión y no lo dejan trabajar.
Conectó la conferencia de Keiko Fujimori con las denuncias y/o acusaciones de legisladores como Alejandro Cavero, Jorge Montoya y Hernando Guerra García en fechas posteriores, la aprobación por insistencia de la Ley N° 31355 para restringir las facultades del Ejecutivo para plantear una cuestión de confianza, con la ley que refuerza los límites para convocar a un referéndum. Todo esto sin mayor sustento que su propia lógica de defensa del presidente.
Recordó la moción de vacancia presentada por Patricia Chirinos en diciembre del año pasado y el viaje de María del Carmen Alva a Europa y sus comentarios ante diputados españoles y luego empaquetó todo de forma que su audiencia crea que cada uno de estos hechos es parte de un plan. Expresó también que el Legislativo está rompiendo un récord al presentar 13 mociones de censura a ministros o al solicitar en reiteradas oportunidades la renuncia del jefe de Estado.
La verdad, sin embargo, es que, siendo todos estos hechos ciertos, lo que no puede decir ni dirá el primer ministro es que cada una de estas acciones, vengan de quien vengan, tienen una justificación clarísima: en 7 meses el poder Ejecutivo ha generado más de 85 escándalos de corrupción, ha realizado alrededor de 75 contrataciones ilegales o inadecuadas, ha generado 4 allanamientos a Palacio de Gobierno, ha cambiado de gabinete 4 veces, y no ha hecho absolutamente nada para que los diversos sectores productivos del país se reactiven y generen más inversión y competitividad.
Torres utilizó su tiempo ante cámaras solo para defender al gobierno del presidente Castillo, incluso, sin hacer memoria de los cuestionamientos que pesan sobre los hombros del propio presidente y sobre los miembros del Gabinete que actualmente intenta dirigir.
Es más, aunque mencionó la palabra democracia varias veces, no permitió que periodistas ni medios preguntaran sobre ningún otro tema que no fuera el que él había planteado: el plan golpista. Esta conferencia tiene “estas limitaciones” afirmó, y con ello, mostró sin querer las tremendas limitaciones que tiene hoy el Poder Ejecutivo y que lo llevan a utilizar la vieja conocida estrategia de pegarle al Congreso para sobrevivir o para retomar el poder que hoy pierde rápidamente y día a día.