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EDITORIAL: Gallinas en fuga, por José Ignacio Beteta

Redacción Vigilante Publicado 7:29 am, 13 diciembre, 2021

Desde que el conteo oficial de las elecciones diera como ganador a Pedro Castillo -e incluso desde algunas semanas antes-, el Sol peruano era la moneda con el peor desempeño entre los mercados emergentes (Bloomberg). Pero no solo caía su valor (8,4%), caían los depósitos en dólares de la banca local, caía la inversión privada y caían las reservas internacionales.

En ese contexto, empezó la fuga de capitales más grande de nuestra historia. Según Daniela Cervantes, Gerente General de Prime Axxion, en declaraciones para Gestión del 26 de octubre de este año, distintos bancos en Miami pasaron de abrir 20 a 30 cuentas de peruanos, a unas 180 o 200 al mes. Y no solo fugan a esta ciudad capitales, fugan también peruanos. Se mudan para buscar trabajo, para invertir, o para vivir allí y dirigir sus negocios en Perú.

La lógica es muy sencilla: si Perú estuviera gobernado por autoridades y políticos eficientes y honrados, que le dieran seguridad, predictibilidad e incentivos a nuestros empresarios, ninguno se escaparía del país. Pero esto no es lo que ocurre.

Cada semana este gobierno amenaza la inversión privada, o con sus escándalos de corrupción, sus intrigas oscuras, sus mensajes ambiguos, o sus intentos de seguir regulando negativamente la economía. En resumen, detener esa fuga de capitales y peruanos no está en sus prioridades.

Tampoco es una prioridad para Susel Paredes y Edward Málaga, congresistas del Partido Morado, quienes, aún siendo conscientes de lo descrito en este editorial, han priorizado en cambio (no encontramos otra explicación) evitar una probable fuga de gallinas. Para evitar esta diáspora de aves, ambos congresistas quieren obligar a las empresas del sector avícola a “garantizar el bienestar de las gallinas ponedoras” a través de la fijación de ciertas “condiciones mínimas” para su crianza, algo que evidentemente afectaría -otra vez- a los más pobres, incrementando el precio del pollo y sus derivados.

La protección de los animales domésticos y no domésticos es un tema relevante. Pero no hoy. 8 millones de peruanos sin desagüe, 4 millones sin agua, otros tantos sin luz o conexión a internet, cientos de miles de niños con anemia y sin educación, cientos de miles de pacientes que no encuentran una atención adecuada en el sistema estatal de salud, deben -como nosotros- sentirse incapaces de entender por qué un político -cuyo sueldo pagamos con nuestros impuestos- priorizaría algo así en medio de nuestra peor crisis política y económica.

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