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El cinismo rampante del gobierno, por Yesenia Álvarez

Redacción Vigilante Publicado 9:24 am, 1 Febrero, 2022

El presidente Castillo fue por lana y salió trasquilado. Ha concedido esa entrevista a CNN para intentar justificar los escándalos de su desgobierno, pero no le ha funcionado.

Sus defensores señalan que hay una estrategia discursiva para conectar identitariamente con los peruanos postergados por el Estado y que, en esa medida, transmitir la idea de que está en aprendizaje o que “nadie lo preparó para ser presidente” le garantizaría aceptación a su gestión. Si eso querían, no les está funcionando, principalmente porque un discurso así puede servir en campaña pero no cuando ya estás en el gobierno, desde donde se toman decisiones que afectan en la realidad a millones de heterogéneos proyectos de vida.

Mucho de lo que ha quedado en evidencia en la entrevista ya lo conocíamos: incapacidad para gobernar; talante autoritario; renuencia a sujetarse a ley y al Estado de derecho; populismo; egocentrismo; cinismo; y desdén hacia los legítimos cuestionamientos sobre sus vínculos con organizaciones fachada del terrorismo, el copamiento del Estado con incapaces y las investigaciones de corrupción en su gestión.

Lo nuevo es que se le ve cada vez más osado en obrar con cinismo, en sostener sin vergüenza explicaciones absurdas y lastimeras de los hechos que se le cuestionan. La respuesta sobre cómo una investigada gestora de intereses le organiza la fiesta sorpresa a su hija no resiste el más simple análisis. A riesgo de quedar como un padre negligente, nos quiere convencer de que es un presidente diligente y muy ocupado en su despacho que no advirtió “quién estuvo detrás de esa fiesta”. El periodista Fernando del Rincón fue preciso en señalarle su incongruencia: “¿Qué poder puede tener Karelim López para disponer de la fiesta del hija del presidente? Eso es seguridad del Estado, eso es un tema que no puede disponerlo cualquiera”.

Definitivamente se ha ganado a pulso ese 63% que considera que, por lo general, el presidente Castillo no dice la verdad, como reporta la encuesta de Ipsos para Lampadia. Poco a poco nos estamos acostumbrando a que haya explicaciones absurdas, versiones ridículas y cantinflescas de los asuntos públicos. A que nos mientan y no pase nada. Sería muy lamentable para nuestra democracia que el ejercicio de una ciudadanía vigilante claudique ante el cinismo rampante del gobierno.

Publicado el 28 de enero en Perú21

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